miércoles, 14 de agosto de 2013

Los muertos vivientes (el cómic)



La primera vez que me recomendaron los muertos vivientes, hace más de dos años y medio, pensé “¿zombies en un cómic?, no tiene buena pinta”. “Prefiero seguir con Sandman” contesté mientras lanzaba una mirada de confusión y desconfianza a la obra de Robert Kirkman.

Sin embargo, parece que tenía que leer esta maravillosa obra porque volvió a mí mucho más tarde, y como no quería desafiar al universo y su manera no muy sutil de mandarme mensajes y señales, le hice caso y me puse a leer el primer número.
No estuvo mal, me gustó, se leía rápido y pronto descubrí que Kirkman utiliza increíblemente bien los cliffhanger. Enamora al lector y consigue que la lectura del siguiente número se produzca inmediatamente.

Tras mi experiencia con los primeros cinco números ya estaba oficialmente encandilada por la historia y procedí a leer los 16 siguientes en apenas dos semanas. Creo que gracias a mis esfuerzos de autocontrol y de postergación del placer, me duraron tanto, porque bien podría haberlos leído todos en unos días…

Entremos al trapo y veamos de qué va esta magnífica historia.


El cómic comienza con Rick, un policía que ha estado en coma durante los últimos meses tras haber recibido un disparo en pleno ejercicio de su profesión. Cuando despierta se encuentra en la habitación de un hospital aparentemente olvidado y desierto. Empieza a buscar a alguien y se encuentra con una manada de zombies atrapados tras unas puerta. Es nuestra primera presentación de una distopía, los zombies se han extendido por todo el mundo y los seres humanos se encuentran en inminente peligro.

Tras escapar del hospital, Rick va en busca de su familia, pero pronto descubre que el pueblo ha sido abandonado y sólo quedan zombies, así que se hace con algunas armas, un coche y comienza la búsqueda de personas, necesita explicaciones. Además, tiene la esperanza de encontrar a su mujer e hijo vivos.



Inmediatamente conectamos con el protagonista y nos vinculamos emocionalmente con sus experiencias, pues “los muertos vivientes” no trata sobre zombies, no ahonda en por qué surgen, no nos interesa si hay cura… Lo que verdaderamente importa es sobrevivir, y para hacerlo los protagonistas van a tener que hacer todo tipo de acciones muy cuestionables. Los conflictos morales y éticos que plantea continuamente son dignos de debate y reflexión. Los muertos vivientes arroja una pregunta incómoda ¿hasta dónde llegarías para sobrevivir y proteger a tu familia?

Cuando de repente los alimentos escasean, no hay luz, agua, seguridad… cuando se tambalean las necesidades básicas de la pirámide de Maslow nos convertimos en seres primitivos, que luchan por llegar vivos al siguiente día. Éstos son los muertos vivientes, seres humanos que, de repente, se ven arrastrados por sus circunstancias a VIVIR.




Eso sí, no te encariñes con ningún personaje, Kirkman y George R. R. Martin son primos hermanos, ahí queda eso.

Por último, les dejo con las palabras que podemos leer en la contraportada de los cómics:

“¿Cuántas horas al cabo del día pasas viendo la televisión?
¿Cuándo fue la ultima vez que cualquiera de nosotros de verdad hizo algo para conseguir lo que quería?
¿Cuánto tiempo ha pasado desde que cualquiera de nosotros necesitó algo de lo que quería?
El mundo que conocíamos ya no existe…
El mundo del comercio y las necesidades superfluas ha sido reemplazado por uno de supervivencia y responsabilidad. Una epidemia de proporciones apocalípticas ha barrido la Tierra haciendo que los muertos se levanten y se alimenten de los vivos. En cuestión de meses la sociedad se ha desmoronado, sin gobierno, sin supermercados, sin correo, sin televisión por cable.
En un mundo gobernado por los muertos, por fin nos vemos obligados a empezar a  vivir”

¿A qué esperas querida merodeadora para descubrir a los muertos vivientes?


1 comentario:

  1. Querida Yurena;

    Me parece interesantísimo dicho cómic. Estaría genial que, siguiendo la línea, nos hablaras un poco de Sandman (pues me atrae mucho lo poco que me han contado del mismo).

    En relación a la reflexión, comparto la visión de concebir la vida actual de los humanos como un mecanismo autómata autosatisfecho abrumadamente por el nivel de consumo actual. Creo que son varias las películas que se han forjado en torno a esta temática. Sólo una anotación no demasiado importante: yo más bien diría que, en una situación como la que describes, nos veríamos obligados a "sobrevivir", no a "vivir" (ya que una podría decir que a "vivir" se ve obligada todos los días en nuestra sociedad actual; "sobrevivir" sería más preciso, a mi entender, teniendo en cuenta que lo puesto en suspenso son las necesidades básicas).

    Muchas gracias por compartir tus aventuras literarias.

    ¡Un lumo-abrazo!

    ResponderEliminar