lunes, 24 de junio de 2013

¡Alohomora!



Bienvenido a nuestro espacio personal, a nuestra “sala común”, coge una taza de chocolate caliente, ponte cómodo y disfruta querido lector. Es hora de realizar las presentaciones, ¿estás listo?



Los grupos de amigas suelen surgir tras compartir unos meses de formación (colegio, instituto, la universidad…), un curso o una afición (la práctica de un deporte, tal vez). Sin embargo, este grupo de mujeres salvajes nace en un contexto particular bajo circunstancias extraordinarias.
Las cuatro no hemos estudiado lo mismo, no tuvimos el honor de asistir a Hogwarts ni de pertenecer a la misma casa; entre nosotras tenemos a una maestra/psicopedagoga/filósofa, una abogada/cocinera, otra abogada/ mecánica de aviones y, finalmente, una educadora social/psicopedagoga/investigadora. Tampoco hemos asistido a un curso juntas, ni hemos practicado ningún deporte (el quidditch no ha llegado a nuestro mundo aún), no pudimos unirnos al Ejército de Dumbledore ni conocernos mientras aprendíamos “Defensa contra las artes oscuras”.
A pesar de no haber compartido un mismo espacio durante más de 10 horas, resulta que entre nosotras sí que hay vínculos emocionales tan sólidos como las raíces de un árbol centenario.
Este grupo que se reúne para cocinar, jugar, hablar sobre literatura, cine y filosofar de vez en cuando, surge a raíz de las conexiones que fuimos creando cada una de nosotras de manera particular. Y parece que al final teníamos que encontrarnos e irremediablemente formar este exclusivo clan. Un grupo que comparte más cosas en común que muchos otros que se forjan tras meses de continuada convivencia en un edificio institucional o formal.
Un grupo que desprende conexión y energía, concibiendo un ambiente cálido, acogedor, pero sobre todo, natural.
Un grupo que a pesar de echar mano de las redes sociales para consolidarse ha traspasado las fronteras del tiempo y espacio (pues no siempre compartimos la misma isla).
Hoy debo agradecer a esa serie de eventos encadenados que provocaron esta unión fresca, rocambolesca y desinhibida. Brindo por una larga y fructífera relación donde el juego es el entrante, la risa el plato principal, y el cariño el postre.


¡Travesura realizada!

3 comentarios:

  1. Ay Yure!!! Me gusta muchísimo tu entrada. Coincido contigo en todo.

    Y es que en estos meses les he cogido tanto cariño, he aprendido tanto...sobre todo de amistad.

    Como dices tú ha traspasado las barreras espacio-temporales, no siendo un obstáculo para sentir tanto por el grupo! :)

    Un grupo especial con integrantes especiales :)

    Un besazo enorme! :)

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  2. Ohhh Ada!! No me había vuelto a pasar por aquí, como estabas de huelga y no publicabas :P jajajaja

    Graciassss querida yo me reí un rato grande con tu entrada :) me encantó como siempre, buen trabajo querida Adassa (L)

    Muackkkk

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  3. Querida Yurencia;

    ¡¡Me encantó la idea de adoptar nuestro blog como "sala común" de las merodeadoras!! Estaría bien, como ayer planteaste desde el Facebook, ir "tuneando" nuestro blog-sala común poco a poco.

    Por otro lado, en el comentario que añadí en la entrada inicial de Rebe hice alusión a dos ideas que aquí tú perfilas elocuentemente: (1) la importancia sobre la "sala común"; (2) la maravillosa extrañeza derivada de nuestra mágica conexión. En relación a esto último, se me antojó escribir sobre nuestra pequeña historia, lo ideal sería escribirla entre todas (tengo algunas ideas, ya hablaremos en algún rincón laberíntico del mapa-mundo que nos une). :)

    ¡Lumo-abrazo para todas!

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